miércoles, 28 de septiembre de 2016

Estuve ciego, no quise mirar, se me cegó el alma,
sin perro guía , ni luz alguna, me guié por la oscuridad,
a ciegas, a tientas, a locas, y no llegué a ninguna parte.
Dejé apagar la llama, dejé que me poseyera el monstruo.

Y hoy navego entre mis lágrimas, y entiendo las tuyas,
y el amor me dio miedo, y lo disfracé de silencios y de drogas,
pensé que ya nada me hacía daño, y te fuiste tu,
y lo vi claro, nunca había querido a nadie como a ti.

No sé si llego tarde, no sé si hay algún fuego que apagar,
o avivar, no sé nada del futuro, si estarás en el o no,
yo sólo deseo que estés, no puedo pensar en otra cosa,
sólo deseo que depare lo que depare este cruel destino,
tu sigas junto a mí, que tu piel sea la sábana de mi cama.

Soy despistado, poco detallista, mal observador,
o eso pensaba, porque ahora te veo
y distingo hasta el último de los pétalos que vistes,
flor de la vida, flor de la noche,flor de mi alma.

El perdón llega tarde como su iluso poseedor,
la vida corría mientras el idiota se engañaba ,
el tiempo fue haciendo herida, también llamado olvido,
y he aquí un imbécil perdedor, cuya única medalla
aguanta entre los dientes , por rabia, no por fotogenia.

Sé que te fuí dejando marchar, sé que no quise ver,
sé que me dejé llevar, por el vicio y por el bicho,
y ahora padezco mis consecuencias, pero llevan a ti.
La consecuencia de todo somos los dos,
y consecuentemente quiero restablecer el amor,
que dejé de regalarte, aunque estuviera ahí, enterrado.

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