lunes, 26 de abril de 2010

Respuestas sin preguntas

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Respuestas sin preguntas

Se perdieron las caricias en el viento,
volaron los besos malgastados,
evaporadas las lágrimas y caducadas,
no me explico porque aún me dueles,
odio tener que ignorarte, no tenerte.

Me sonrojo mientras pienso que te amaba,
que en mi corazón te dí cobijo,
al que pisaste con despecho y rencor,
al que tiraste a la basura, no lo entiendo.

Como no entiende un crío las palabras,
como no comprende el alma de que sirve,
permanezco sin respirar, por no llorar,
indefenso ante tu inquieto desprecio,
despistado como un guiri en Soleares.

Violaste mi corazón y fruto de ello,
nació un sentimiento maltrecho y desgarbado,
creció escondido, callado, desapercibido,
pero fue madurando silencioso, disimulando,
y me cogió por sorpresa y por la espalda.

No recuerdo que fue lo que de ti me atrajo,
serían tus azules ojos, tu calor o mi frío.
No se por que nuestros cuerpos se imantaron,
no sé porque te quise,
ni por que no consigo olvidarte.

Crecen los días y no mengua tu olvido,
adherido a mi alma cual ventosa,
crece el sufrimiento, y se desangran,
las palabras no dichas, pensadas, mudas.

Digamos que perdí y tu ganaste,
digamos que perdimos ambos,
quedamos en tablas por no saber amarnos.

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