sábado, 17 de agosto de 2013

TECLEANDO



En ocasiones no presiono teclas,
¿Miedo al folio en blanco?No.
Solo es que no tengo nada que decir,
no me parece apropiado malgastar letras.

No escribo cuando quiero
ni cuando debo,
sino cuando bebo,
cuando se alinean las birras
y se alienan las neuronas.

Tragandose el mal humor 
fumando  malos humos ,
para acallar la voz que grita
en mi cabeza y me contradice.


Cuando mi coco requiere explicarse,
sin consentimiento,sin permiso alguno.
Quizás se embriaguen los vocablos,
quizás las musas beban ron cola
o me inviten a mi para expresarse.

El caso es que beben, o trasnochan al menos,
maleducados murciélagos, que me desvelan,
y me levantan de la cama, y el ánimo también
quieren decir algo, y yo,escribiente de sucia letra,
de rubio nunca fui y de cuadernillo, tampoco.

Las musas no me dejan dormir,
los problemas tampoco,
las palabras se me agolpan,
las ideas se arrastran enredadas
en bastas rastas, se confunden.

Y la vida es un frágil sedal
que une al pescador y al pez.
¿Quien el pescado y quien el pescador?
Una vida y sin entenderlo.

A veces gimo por no callar,
y me muerdo la lengua
otras me muerde ella a mi.
El silencio  frío me enerva
porque suena  a soledad.

¿Y a que suena la soledad?
a silencio, a guerra fría interior,
a discusión entre yo y yo,
a principios morales que se imponen,
a disputas internas, a follon. 



Y no escribo por si hiero,
y escribo para sangrar,
y sangro disparates,
y disparo balas de confeti,
a ver si este avioncito de papel
lleva mi mensaje en sus alas
hasta tu castillo de arena.

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